La libertad entendida como la libertad para ser uno mismo, tener el impulso de expresarse en la acción y desarrollarse para acabar encontrándose es el punto de partida de la pregunta que plantea el presente cartel sobre la libertad: ¿A ti qué te permite volar?
A. Collado
El pasado miércoles 20 de octubre se celebró, en la Pecera del Edificio H de la Universidad Francisco de Vitoria, el primer Café Newman del curso académico 2021-2022, que organiza el Instituto John Henry Newman, centrado en la temática de la libertad humana.
El coloquio estuvo presidido por el director del Instituto John Henry Newman, P. Florencio Sánchez L.C., la coordinadora del Instituto, Rocío Solís, y el coordinador de investigación del Instituto Razón Abierta y profesor de humanidades, Marcelo López Cambronero. Alrededor de 150 personas, en su mayoría estudiantes, participaron de este acto, que tuvo lugar en la modalidad híbrida, con más de 100 universitarios conectados online.
El coloquio comenzó con un cortometraje seguido de la intervención de Marcelo López, quien advirtió que, para hablar de las grandes preguntas, como la cuestión de la libertad, no es necesario echar mano de importantes filósofos como Platón o Aristóteles, sino tan solo mirar la propia experiencia personal. Es decir, que cuando el hombre muestra lo que es en la acción, es realmente ahí donde se expresa como es y, por tanto, donde puede descubrir si eso que está haciendo responde a su deseo de felicidad o le hace estar triste. En este descubrimiento reside una gran oportunidad para su desarrollo y crecimiento. “La vida no se detiene y cuando hacemos algo crece o decrece, no tiene punto medio”, afirma.
Ante la pregunta: “¿Merece la pena lo que hago con mi tiempo?”, Marcelo López invitó a tomarse en serio la vida y analizar lo que buscamos cuando realizamos cualquier acción: ¿Bailar es solo por diversión o tiene un resultado? ¿Estudio por un título o porque deseo saber? Estas realidades no encierran conceptos abstractos, sino que tienen un asiento claro en la propia vida para encontrar ahí su desarrollo. En este sentido, el ponente explicó que no sabemos qué es amor hasta que no amamos y lo mismo sucede con la libertad; se desvela en la experiencia. Además, igual que el niño es más consciente de la injusticia que de la justicia, así nosotros entendemos lo que es la libertad cuando nos la limitan, ya que “el corazón está hecho para la libertad y en ese marco nos sentimos más cómodos, es nuestro estado natural: ¿Para qué somos libres? Es un anhelo, una sed, una pasión”.
Recordando a D. Quijote, “la libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos”, planteó la cuestión preguntando si la libertad es únicamente “hacer lo que nos dé la gana, puesto que esto deriva en una profunda experiencia de insatisfacción”. Puso el siguiente ejemplo: “¿Qué pasa cuando compras tu deseo y lo tienes? Esa prenda de ropa será una prenda más en poco tiempo, entrará en la categoría de lo rutinario”. A continuación, la pregunta fue: “¿Hay que pasar por un sinfín más de estas experiencias? A cierta edad (como la mía) se ven muchos problemas en adultos que anhelan encontrarse y ser ellos mismos, pero que se dan cuenta de que viven en una profunda insatisfacción”. Por este motivo, propuso una hipótesis: emplear la libertad para ser uno mismo y tener el impulso de expresarse en la acción, “quiero ser yo y encontrarme”, es un proceso de búsqueda. La libertad se nos da para desarrollarnos y la vida ha de crecer hacia un mayor encuentro. Nada asegura el éxito en este propósito, pero la libertad también consiste en arriesgarse, con el fin de no entrar en una espiral de decrecimiento.
Durante la exposición, también habló de la libertad en relación con los otros: “¿Robinson Crusoe fue libre en su isla?”, preguntó a los asistentes. “Para decir soy yo necesito el reflejo de otros que me escuchen y me ayuden a ser plenamente más yo, así es como se pone en juego la libertad”, contestó. Incluso dio un paso más en la línea de pensamiento de algunos filósofos sobre si la libertad no sería acaso un engaño al no haber nada que satisfaga en realidad. Así, todo parecería siempre insuficiente en el horizonte y se hace preciso mirar más allá: “cada hoy es necesario afrontar el presente con acciones que nos hagan crecer” y, sobre todo, preguntarse: “¿Quién ha puesto en mí el deseo de infinito? Solo algo infinito”.
Finalmente, Marcelo López se refirió al famoso poema de A. Machado: “¿Lloras?… Entre los álamos de oro, lejos, la sombra del amor te aguarda”, y quiso proponer que solo un Otro, con mayúsculas, es capaz de dar respuesta a la pasión humana por la libertad. No solo un otro como algo abstracto, sino como una compañía, una presencia cotidiana hasta que ser con él sea una unidad, puesto que, sabiendo quiénes somos, nos mira y asume el riesgo de nuestra libertad.
P. Florencio: “¿A vosotros quién os permite volar?”
Tras esta primera intervención, el P. Florencio Sánchez compartió una experiencia personal sobre una visita que había realizado recientemente a un amigo en la cárcel. Llevaba 10 meses interno y le quedaban 6 años de cumplimiento de condena. La conclusión del recluso fue que ahora es más libre dentro de la cárcel, estando preso, que fuera de la cárcel, estando atado a tantas cadenas de trabajo y frenesí. De modo que ante la pregunta del cartel del Café Newman: ¿A ti qué te permite volar?, el Padre Florencio reformuló la cuestión a los asistentes: “¿A vosotros quién os permite volar?”, porque solo si se tiene la respuesta se sabe volar.
Para aproximarse a dicha respuesta, presentó un escenario con tres situaciones vitales y una posible guía que aporte luz a sus dinamismos:
-Si repites actos religiosos aprendidos en la infancia, siendo esclavo de costumbres cristianas…
Sigue preguntándote Quién te hace libre, para que el día de tu graduación puedas dar un paso importante en torno a esta pregunta.
-Si no sabes por qué no crees en Dios y eres igual de esclavo porque no tienes respuestas…
Aprovecha los años de estudio en la UFV para pensar, cuestionarte y resolver tus dudas.
-Si crees en Dios y reconoces el encuentro…
Sigue actuando de corazón.
Preguntas y respuestas de la comunidad UFV
Acto seguido comenzaron las intervenciones de los participantes al Café con una primera inquietud relativa a la necesidad de “volar” por ellos mismos. Marcelo López retomó la idea de rescatar nuestras propias experiencias sobre los grandes temas, de tal manera que en los momentos en que estamos saturados de tristeza y vivimos en “hoyos construidos, muchas veces por nosotros mismos” es bonito recordar la ayuda de un amigo que nos enseñó a mirar los problemas de otro modo y nos empujó hacia donde no podíamos ver: “en eso consiste la amistad verdadera que hace que la libertad crezca y los límites del ‘yo’ y el ‘otro’ se difuminen. ¿A que sabéis quiénes son vuestros verdaderos amigos? Esa experiencia basta”.
Fernando, estudiante de informática
P: ¿En qué momento buscas la libertad en lo que haces para buscar quién eres?
M: Yo soy el otro, no velado por la rutina y la velocidad. Pregúntate: ¿Quiero esto? ¿Hacia dónde voy? ¿Ese quiero ser yo?
María, estudiante de medicina
P: ¿Nos damos cuenta de que no tenemos libertad nosotros solos o necesitamos a Dios para verlo?
M: Si somos conscientes de Cristo, en realidad ya tenemos experiencia de libertad, de pequeños pasitos hacia la libertad. Cuando conoces a Dios, como decía una amiga mía que ha hecho esta experiencia, “las margaritas son más blancas”.
F: Contesta tú a la pregunta…
P: Solo he sido libre cuando me he sentido amada por Dios, pero quería saber si se puede dar otra respuesta…
F: Necesitas de otro en última instancia.
Claudia, estudiante de psicología
P: ¿Cómo te pones delante de un amigo que sabes que no es libre? Yo veo que sufre, pero él no lo quiere ver…
F: Mostrándole tu libertad, no con discursos sobre sus esclavitudes, sino siendo atractiva y convincente, el mejor ejemplo es el que se ve en una mirada, en una sonrisa, en el encuentro de una amistad verdadera. Reconoces tu vacío al ver la plenitud de los otros.
Juan, estudiante de medicina
P: Hay un componente de salud que está afectado por la esclavitud que puede tener una persona con sus hábitos, por ejemplo, en las redes sociales…
R: Cuenta tu experiencia de sentirte atrapado…
P: Creo que causa mucha infelicidad…
R: La clave para salir de ahí es ofrecer a esa persona algo mejor que hacer, lo que nos hace salir de Facebook es tener algo más grande por lo que vivir. No se puede empequeñecer el deseo de una vida más grande, debe darnos envidia beber de la fuente que no se agota, buscar con un corazón abierto a una grandeza mayor.
Bárbara, estudiante de informática
P: Podemos elegir opciones de qué móvil tener, pero no podemos elegir no tener móvil por la llamada “libertad social” …
M: La libertad es un dedo que apunta al cielo. Nos jugamos lo que somos en pequeñas decisiones, en pequeños pasos de un gran camino. El asunto no es tener móvil o no, sino para qué lo quieres.
Julia, estudiante de diseño
P: ¿La libertad interior llega entonces según ganemos en conocimiento?
M: El ejemplo del móvil sirve para preguntarnos si otras cosas apuntan a algo: ¿carrera o no carrera?, ¿novio o amigo? En lo importante es conveniente aceptar los límites y reflexionar cómo lo afrontamos, según las normas y una razón superior, o sea, puedo decir: “dejo el móvil porque me hace daño”. La razón hay que trabajarla y aplicarla a otros ámbitos.
Esther, estudiante de periodismo
P: Yo soy una persona a la que me gusta mucho entregarme a los demás, pero a veces esto también me provoca rabia y frustración…
M: Atrévete a ser feliz y descubre lo que dura la satisfacción de un acto de entrega. No hace falta ser catedrático de filosofía para elegir bien, solo hace falta fijarse en la experiencia, aquello que nos hace felices…
P: Pero no sueles recibir lo mismo que das…, hay personas tóxicas…
F: Si la gran pregunta es cuánto doy para que no me “tomen el pelo” no merece la pena, lo importante es saber que la entrega en sí misma te hace más feliz que si te “enconchas”. Si solo pensamos en el límite de la entrega nos irá peor. La libertad sin límites no tiene necesidad de vuelta y no importa que existan esas personas tóxicas.
Minicurso Newman: 27 de octubre
El Café Newman ha terminado con los agradecimientos de la coordinadora del Instituto Newman, Rocío Solís, quien reconoció a los estudiantes haberse puesto en juego durante esta hora de encuentro.
Además, subrayó la necesidad de que los grados universitarios UFV no sean ajenos a las grandes preguntas, por lo que debe ser una prioridad para los alumnos demandar este tipo de espacios que les interpelen, más allá de su disciplina de estudio.
Por último, emplazó a los asistentes a participar del próximo Minicurso Newman, que tendrá lugar el día 27 de octubre, de 12 a 14 horas, en el Aula Magna, donde podrán profundizar con más detalle en el estudio de la libertad humana y sus implicaciones, de la mano del profesor de Humanidades, Marcelo López Cambronero.