¿Es la vida un conjunto de llamadas?

Escuchando un podcast me sorprendió una reflexión del locutor: «La vida nos es dada como un conjunto de llamadas, pero, ¿con qué propósito? ¿Para encontrar una vocación, para ser felices, formar una familia, cuidar de los seres queridos, vivir para Él?”

Me inspiró a considerar por un momento a qué me siento llamada en mi vida pensando en los conjuntos matemáticos, con intersecciones y uniones en un diagrama de Venn. Cada círculo representa un aspecto vital: familia, amigos, pasiones, desafíos, relaciones. ¿Dónde se entrelazan mi trabajo y mi familia? ¿Cómo se combinan las circunstancias con las personas que te acompañan? Cada intersección y unión es un espacio de reflexión y gratitud.

Más allá de estas cuestiones, pensé en los límites del conjunto universal de mi vida. Al igual que en la teoría de conjuntos, ¿definimos lo que incluimos o excluimos en nuestras vidas? ¿Será la vida un conjunto infinito? ¿No es esto una llamada a explorar y seguir buscando?

En el día a día, también hay momentos de duda, de incomprensión, de sentirnos ignorados que me llevan a reflexionar no solo sobre cómo respondemos, sino también sobre la naturaleza de la llamada en esas circunstancias. Nos enfrentamos al desafío de encontrarle sentido, ¿a qué me siento llamada?

Cada llamada es una oportunidad para crecer, aprender y forjar conexiones más profundas con nosotros mismos, con los demás y con el mundo. Así, cada elemento en este conjunto de vida adquiere un significado único, tejiendo el tapiz de nuestra existencia.

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