
El eterno dilema del hombre es el tiempo. Qué hacer con él, cómo sacarle el máximo partido, cómo aprender también a perderlo, cuál es su sentido. Porque cuando uno entiende la finitud de las cosas y de la propia vida es cuando conoce su significado. El verano, para los más afortunados, suele coincidir con las vacaciones. Así que verano es calor del que adormece y enfurece en Madrid en las idas y venidas a la redacción y suelta la risa en las terrazas de La Latina, pero también es un descanso cargado de sentido en Galicia, donde el tiempo se vuelve plástico y se estira hasta hacer prácticamente inútil el reloj. Sigue leyendo Verano es… gratuidad