Religión y Vida. ¿Qué significa ser (verdaderamente) religioso hoy? 

El Ciclo Horizontes de Razón Abierta que organiza la Facultad de Comunicación, en colaboración con el Instituto John Henry Newman, tuvo lugar los días 26 de enero y 2 de febrero, en el Aula Magna de la Universidad Francisco de Vitoria, bajo el título “Religión y Vida. ¿Qué significa ser (verdaderamente) religioso hoy?”.  

Una periodista española conversa al islam, Amanda Figueras, un escritor de origen judío, Elías Cohen, y un profesor filósofo católico, Ángel Barahona, se sentaron juntos para conversar en torno al origen de sus diferentes experiencias religiosas. El coordinador de Investigación del Instituto Razón Abierta y moderador de la mesa redonda, Marcelo López Cambronero, lo consideró una ocasión perfecta para hablar de cómo tenemos hecho el corazón: “vamos a intentar comprender cómo la experiencia religiosa aparece en nuestra vida y es interesante hacerlo desde distintas perspectivas”.  

Amanda Figueras: “Yo, ¿musulmana? Imposible” 

Amanda es autora del libro “¿Por qué el islam? Mi vida como europea y musulmana” (2018). Actualmente, trabaja en asuntos relacionados con el diálogo interreligioso y mejora de la cohesión social con inmigrantes y refugiados. Durante el acto, relató que lo más significativo de su cambio de vida pasa por el hecho de que antes no creyera en Dios ni tuviera conciencia de que existiese un Creador, ya que nació en una familia en la que no le bautizaron y no tenía apenas nociones religiosas: “Sentí algo milagroso que no se explica desde la racionalidad, pedía cosas por la noche y decía gracias, me di cuenta de que había algo”, declaró. 

En paralelo, tuvieron lugar los atentados del 11-M, cuya noticia tuvo que cubrir como periodista y, en concreto, tenía que informar de lo que acontecía en la comunidad musulmana en España, por lo que empezó a leer las fuentes del islam: “me di de bruces con el desconocimiento, pero encontraba textos que me encajaban; con mi novio, mi coche, mis viajes… ¿Yo, musulmana? Imposible”, se decía al principio. 

En el libro cuenta cómo es la cultura básica del islam y, según iba aprendiendo sobre esta religión, se centró en el mensaje de que existe un Dios único creador del universo. Muy pronto diferenció cultura de religión: “el machismo nos afecta a todos, pero una vez mientras leía el Corán sentí una emoción muy fuerte y lloré porque había encontrado lo que me gustaba”. También manifestó cómo veía la apelación de lo divino en toda la naturaleza, en la sucesión de días y noches, en las plantas que crecen y mueren, en la posibilidad de una vida que no se acaba aquí: “Alá quiso que me surgiera el hecho religioso”. 

Elías Cohen: “¿Cómo que no vas a creer en Dios? El judío lo da por sentado” 

Elías es autor del libro “Sueños de Nación” (2020). Explicó que el judaísmo no se basa en la fe, sino en la tradición: se es judío si eres hijo de madre judía. Efectivamente, Elías nació judío y le circuncidaron, iba a la sinagoga los fines de semana y, aunque el exilio de su pueblo propició un fuerte sentido de pertenencia, notó que faltaba espiritualidad en el exceso de prácticas. Cuando murió su padre a los 11 años empezó a hacerse preguntas y tomó conciencia de que el sentido de su existencia no estaba resuelto: “Hay muchos automatismos, me cuestioné las 613 reglas judías y en ese viaje me siento orgulloso del hecho religioso, de ser parte de un pueblo que te dice que no eres un pedazo de masa biológica que está aquí por casualidad”. El judaísmo dio trascendencia a su existencia, un sentido que le hizo entender que las cosas pasan por algo.  

-Amanda F. respondió a su intervención con la necesidad de dar un paso atrás para conocer los atributos de Dios y ver que lo que quiere es para el bien del hombre: “el islam no es una religión de noes, está para facilitar”. También previno de los daños de querer encajar en lo que la sociedad marca como una moda: “Rezar cinco veces al día no se diferencia de cualquier práctica moderna de relajación, hay quien corre mucho y toma batidos saludables, yo rezo a Alá”, bromeó. 

Ángel Barahona: “¿Un hombre que ha vuelto de la muerte y ha resucitado? ¿Cómo? ¡Por favor, una prueba empírica!” 

Ángel es profesor de Humanidades en la UFV. Confesó que la “gramática religiosa opresiva” que dominó sus primeros años de estudiante universitario iba ligada a un sentimiento pletórico de juventud carente de recorrido. Nació en una cultura católica, pero sus profesores de filosofía eran ateos y eso pesaba como una losa sobre él: “Mi traje de primera comunión me quedaba estrecho, solo tenía pequeñas etiquetas de cuatro cosas que no afrontaban mis preguntas vitales y lo que consideré religión era un concepto trasnochado y estereotipado”. Pero pronto vislumbró la diferencia entre religión y fe ante los fracasos amorosos, la muerte, la soledad o la tensión vital de la enfermedad.  

Desarrolló que mientras la religión es algo que se busca proyectando el dios que se desea, la fe sale al encuentro del hombre con preguntas: “Probé aquí y allá, busqué relaciones afectivas para llenar mi vacío, hasta que un día alguien me dijo que el cristianismo no es una religión, sino una buena noticia: no construyes a Dios, es Dios quien presiona tu conciencia reclamando una interlocución, ¿te atreves?”, preguntó al auditorio. 

Ángel reveló que en esa época era muy crítico con las promesas de salvación, sobre todo, con la reivindicación violenta de sus profesores de filosofía que sabía que no conducía a nada, así que se aventuró: “Sé que es un escándalo para la razón: un hombre que ha vuelto de la muerte y ha resucitado, ¿cómo?, ¡por favor, dame una prueba empírica!”. Pero por la “tontería” de escuchar a alguien que le dice eso, se preguntó por qué no me podía pasarle a él que encontrase sentido al no ser.  

Su primer prejuicio fue sobre la credibilidad de la Iglesia, dado que tenía un arraigado anhelo de perfección. El recelo desapareció al comprender que cualquier incoherencia es posible, dada la incoherencia de sus miembros: “Así fue como me enamoré del amor y eso fue poesía, por encima de obstáculos y esclavitudes, dependencias y lastres, libre y gratuito”.  

-Amanda F respondió a su intervención identificándose con lo que el hecho tenía de sorpresivo. Sintió tristeza porque en su círculo consideren que el islam es la peor elección, pero se quedó con la alegría de compartir algo que no es como pensabas. 

Turno de debate y preguntas

Al dar el paso de creer, ¿considerasteis el resto de las religiones?

Ángel B las ha estudiado todas con el paso del tiempo, pero para él fue muy impactante encontrar a Jesucristo en la medida en que se fiaba de sus testigos. Le quitó el miedo a la decepción, la depresión y la tristeza: “Me solucionaba los problemas de raíz y me llenaba de alegría y esperanza, podía convertirme en un ser para la vida”. También le apasiona el judaísmo y conoce bien el islam, rescató su tradición común: “Somos hijos de Abraham, igual que Mahoma y Moisés”. 

Elías C calificó el judaísmo como “religión muy rica en conocimiento”, pero dijo que si fuera de otra no pasaría nada: “Soy consciente de que los judíos vamos de club exclusivo y que cambiarte no está bien considerado, pero no sé si en el futuro me acercaré a Jesús o a Mahoma, nuestros valores son iguales y la esencia es la misma”. Simplemente, lo atribuye a las diferentes figuras que influyen en el recorrido vital. En su opinión, es importante seguir buscando en la espiritualidad, sin perder de vista el sentido trascendente. 

Amanda F tuvo mucha curiosidad sobre otras religiones, pero no creía. A su juicio, en una sociedad en la que se hace lo que toca, si no naces en una familia con una opción religiosa se da por hecho que mueres y ya está: “Ahora me siento más llena, con sentido, mi vida ha dado un giro fuerte y no me arrepiento de ser musulmana”. Se sintió orgullosa de haber crecido como persona y ser valiente afrontando las consecuencias sociales. Compartió con el auditorio las felicitaciones de muchos practicantes católicos a raíz de su libro y los contactos en redes de chicas que quieren seguir su ejemplo. 

Al poner en juego vuestra experiencia de plenitud, desde fuera puede parecer ideología, ¿cuál es vuestra experiencia de ganancia? 

Elías C reconoció el peligro de tomar la religión como una ideología, como pasó con el marxismo como sustituto de la religión. Sugirió que la religión debe concebirse para hacer una vida mejor y que solo así la mejora tiene razón de ser.  

Ángel B habló de su artículo “Carlos Marx y la primera tentación de Cristo” en el que observa que hay algo en común a la hora de salvar la historia a través del compromiso con la realidad social. Advierte que salvar las ideas no es anterior a salvar la persona: “Si el mesianismo es salvar la creencia me borro, eso es religión o adhesión al dogma por encima de la persona. En mi historia soy un ateo práctico porque contradigo lo que hago con lo que creo, todos los días lucho contra ese abismo pasando de la religión a la fe: no soy yo quien creo en Dios, sino Dios quien cree en mí”. En ese camino de perdón y confianza ha ido aprendiendo a saber qué es lo mejor. En su artículo pone de manifiesto que salvar la historia sobre las espaldas de otros es algo muy peligroso y es fundamental invertir el binomio.  

¿Habéis encontrado algún modo de reconciliación o ruptura con la norma? 

Amanda F afirmó que la práctica del islam consiste en ir el viernes a la mezquita, hacer el ayuno del Ramadán, rezar por la noche en comunidad… no solo para reforzar una creencia, sino para sentirse parte de algo mayor. Así, ha notado cómo ha ido evolucionando como persona y ve que es bueno su propio cambio de opinión: “La parte práctica y la espiritual van de la mano, suben y bajan, y ambas están ligadas a la comunidad para potenciar su valor”. 

Elías C puso como ejemplo las filacterias de los judíos, unas cuerdas de cuero con trozos del Antiguo Testamento que se ponen cerca del corazón y reflejan que cada acto que hagas, incluso el más anodino, tiene presente la Palabra de Dios. No criticó los patrones sociales porque está convencido de que se puede practicar la religión que se quiera sin cortapisas.  

Marcelo L, en su experiencia con el catolicismo, confesó que el vértigo le entró con el cambio de vida, no porque le dijeran que tenía que ir a Misa.  

Ángel B aseguró que se reconcilió con la praxis. Igual que cuando se levanta se toma un café, manifestó que somos seres de rituales, con métodos que ayudan al hombre a poner en el centro a Dios: “A mí la práctica me salva, vertebra el músculo flácido y la tendencia a la burguesía, me previene de la huida del sufrimiento”. Por último, reconoció que su perspectiva vital era herencia del judaísmo: la de distinguir entre los ídolos y el único Dios verdadero.  

Tres confesiones: ortodoxa, luterana y católica; y una religión: el cristianismo. Ante la pregunta de partida: ¿Cómo se produce en el ser humano el encuentro con la religiosidad?, el Padre Andréy Kórdochkin (Iglesia Ortodoxa), el Padre Simon Döbrich (Iglesia Evangélica) y el Padre Florencio LC (Iglesia católica) conversaron sobre los principales motivos que los han llevado a elegir el sacerdocio como opción fundamental de sus vidas. 

Padre Andréy Kórdochkin: “El hombre no es una entidad plana, sino que tiene una profundidad que no cabe en los límites de la ciencia” 

Nació en 1977 cuando aún estaba vigente la Unión Soviética, en un momento histórico en el que su generación no encontraba el significado de la expresión “el Dios de nuestros padres”. Sin embargo, en su círculo social compartían la convicción común sobre que el ser humano no podía estar limitado exclusivamente por el conocimiento científico. Por eso, se abrió a una concepción de la naturaleza más amplia que la dimensión meramente material: “La religión es una forma de decir que el hombre no es una entidad plana, sino que tiene una profundidad que no puede ser investigada solo por la ciencia”.  

Estudió Teología en Inglaterra porque buscaba fuera de su ambiente una experiencia más allá de su tradición. Se dio cuenta de que incluso ciudades con Estados que se vanaglorian de garantizar la libertad religiosa nunca han llegado a demostrarlo en la práctica y se presentan como autoridad suprema frente al ciudadano. De hecho, los tiempos de confinamiento han demostrado que no se priman las necesidades espirituales: “Si aceptamos a Jesús como Rey ninguna autoridad terrestre es absoluta, la pandemia nos ha hecho pensar quién es el hombre y cuáles son sus necesidades fundamentales, en el estado de alarma solo dejaron salir al supermercado, pero la alta tasa de suicidios posterior reveló las verdaderas necesidades del hombre”. ¿Se nos considera adultos, como en los países del norte, o adolescentes con comportamientos destructivos que deben ser controlados, como en España?, se preguntó. Ante esto, el papel de la religión y de la comunidad creyente se hacen extremadamente interesantes. 

 

Padre Simon Döbrich: “Algunas señales me decían que el Señor tenía otro camino para mí” 

Nació en el municipio de Buttenheim, en el Estado de Baviera, al sur de Alemania. El hecho de ser pastor protestante partió de tomarse en serio el mandato de la caridad cristiana. Al principio, quiso ser químico farmacéutico, pero su camino le llevó por los estudios de Teología: “En todas las situaciones de mi vida ha habido cruces en las que sabía que solo si seguía al Señor podía encontrar sentido”. Su experiencia religiosa no fue como una visión clara y diáfana, sino un “escondite” desde el que tenía que tomar decisiones que luego entendía con el paso de los años.  

La universidad le permitió un estudio avanzado que él asimilaba con profesiones de alta política, como fue el caso de la mano derecha de Merkel. Estuvo dos años trabajando para Siemens y después decidió regresar a la Iglesia: “No puedo explicarlo, pero algunas señales te dicen que el Señor tiene otro camino para ti”. 

 

Padre Florencio Sánchez LC: “La fe es un encuentro con Alguien vivo que te cambia la vida” 

Nació en México, sus padres no le dieron una educación religiosa, pero sí le mandaron a una escuela católica porque se consideraba una buena educación. Ahí empezó su exposición y apertura al hecho religioso. Durante un largo periodo fue recibiendo muchos inputs, pero tampoco tuvo una llamada fulgurante que cambiara todo. Notaba que progresivamente la fe que tenía, importada del exterior, iba convirtiéndose en el descubrimiento de la persona de Cristo y no tanto en creer algo o vivir una ética: “El hecho religioso me llegaba contra lo que esperaba, comparaba dentro de mí lo que me atraía más y lentamente se manifestó lo que a posteriori consideré una llamada”.  

Estudió matemáticas y trabajó en Chrysler hasta que se hizo la pregunta: “¿qué hago con mi vida?”. Podía tener una novia y formar una familia, pero también llevar una vida de servicio y entrega, de correspondencia a Dios a pesar de las dudas: “Si Cristo había dado la vida por mí, ¿cómo no la iba yo a dar por Él?”. La fe fue pasando de ser algo heredado a un encuentro con Alguien vivo que cambia el rumbo. 

-El Padre Andréy consideró que Dios también se manifiesta a través de las personas que pasan por la vida y forman parte de la experiencia religiosa. Un sacerdote ruso le enseñó que Dios habla a través de las circunstancias y el hombre responde con los hechos. 

-El Padre Simon insistió en la mirada de los hechos con la perspectiva del tiempo. Igual que al subir una montaña se distingue mejor el paisaje, la luz, el sol… con la experiencia vital se entienden mejor las decisiones que en el momento no se explican: “Con los años se comprende la experiencia religiosa, aunque en el momento no lo sea, las personas con las que hablas vislumbran la mano de Dios en tu vida”. 

 

Turno de debate y preguntas

Sobre la diversificación de Iglesias cristianas, ¿cómo valoráis el impulso de la unidad? 

El Padre Andréy reconoció que ha habido varios intentos ecuménicos importantes, pero lo cierto es que los cristianos siguen divididos. Consideró crucial definir primero qué se entiende por unidad, que no consiste solo en firmar un papel, sino en llevarlo a la práctica. Cuando hace un año los cristianos, laicos y sacerdotes, ortodoxos y católicos, se unieron contra la opresión de Bielorrusia, escribieron una carta conjunta para denunciar los abusos: “Podemos hablar de un ecumenismo más allá de lo institucional, Jesús no fundó una organización, la unidad no se trata de algo visible, cada país nos enseña cómo podemos buscarla”. 

 

¿Cuáles son los votos que profesan los sacerdotes de otras confesiones que no son católicas? 

El Padre Simon respondió que lo primero es la formación en el sacerdocio y luego se tiene una charla con un obispo sobre la motivación y esperanza propias. También hay que pasar un examen del Estado y luego se celebra una misa en la que se declara fidelidad a los documentos principales de la Iglesia luterana, los 28 artículos de Augsburgo. El Padre Simon tiene esposa y un hijo, pero tiene otros votos: el secreto confesional y la obediencia de vida en el lugar donde le manden. 

¿Por qué son importantes estos votos? 

El Padre Andréy señaló que sus votos no se hacen de un modo formal, solo hay una orden monástica en la que se vive un ambiente canónico y la fidelidad de los cónyuges. También está casado, pero matiza que si se divorcia ya no podría ejercer el sacerdocio: “Nuestro voto no es tan técnico porque tenemos experiencia del fallo humano de sus promesas”. 

Si la vida es un camino en el que se toma conciencia de una presencia, ¿merece la pena ser cristiano?, ¿es una cosa más o produce una forma diferente de entender la vida que afecta a la sensibilidad y a la propia existencia? 

-El Padre Florencio consideró que ser cristiano a medias es un autoengaño: “Merece la pena dejar todo por tomárselo en serio, no hay nada más grande en la vida que ser un buen cristiano”.  

-El Padre Andréy afirmó que la vida de Jesús demuestra que el éxito no está en vivir muchos años o tener muchos hijos, sino en tener una vida abundante, verdadera y profunda en su plenitud. 

-El Padre Simon recordó a Martín Lutero en la afirmación de que aquello que te mueve a Cristo es lo bueno de la vida: “los errores son necesarios, pero las personas que no viven el hecho cristiano tienen mucho dolor, debemos tomar decisiones que abren el futuro”. 

 

¿Cuál es la concepción sobre la eternidad de las tres iglesias? 

-El Padre Simon señaló que en la Biblia Jesús habla sobre el Cielo en determinados momentos comparándolo a un banquete, pero en el Apocalipsis es imagen de la nueva Jerusalén: “Se trata de una ruptura con este mundo y el Cielo es tan extraordinario que no se puede describir”. Según Lutero, los muertos entran en una primera fase de dormición en la que nadie sabe qué pasa y luego será la resurrección.  

-El Padre Andréy expuso que la muerte es lo más desconocido porque no tenemos experiencia, como si un niño en el vientre de su madre quisiera entender qué pasa cuando va a la universidad. En su opinión, reconciliar el infierno con el mensaje del amor es una gran tarea. Dostoievsky lo expresa como el fuego que llega cuando es demasiado tarde, aunque cierto hecho generoso puede salvarte. 

-El Padre Florencio aclaró que no es un lugar, sino un estado en el que se vive con Cristo por toda la eternidad, en la casa de su Padre, sin que haga falta fe ni esperanza, en caridad, en un encuentro de amor, estando con Él sin límite. Explicó que solo en el Cielo se verán colmados los deseos más profundos del corazón y habrá claridad total sobre las respuestas a nuestros interrogantes, allí comprenderemos lo que ha pasado, por qué ha pasado: “El Cielo será un espectáculo desde el lugar de triunfo de Cristo”.  

Añadió que si no hubiera Purgatorio ni Infierno la vida no tendría valor y todo lo realizado sería indiferente, algo que es injusto porque sería dejar la Redención sin valor. Se hizo eco de Joseph Ratzinger cuando escribió que el Purgatorio es el fuego del Corazón de Cristo que nos purifica: “Posiblemente con dolor espiritual, pero no hay que olvidar que por cualquier pequeña rendija de la libertad puede llegar Cristo y salvarnos”. 

 

¿Creen que el movimiento Tesé que recorre toda Europa responde a la llamada de los cristianos a vivir la unidad? 

El Padre Simon estuvo de acuerdo en señalar que se trata de un movimiento muy correcto a la hora de buscar la unidad entre las distintas comunidades. A su juicio, en Alemania se va por delante porque las dos iglesias viven juntas: “Al estar casado con una católica aquí no puedo comulgar, pero allí sí, si damos respuestas a los fieles más allá de la jerarquía institucional la unidad será más clara”.  

¿Pero la Iglesia no es una al final? 

-El Padre Simon sostuvo que sí, pero es necesario constatar historias y contextos distintos.  

-El Padre Andréy pensó que el acercamiento real es entre personas, no de ideas.   

-El Padre Florencio previno de especular sobre si se conseguirá la unidad final, aunque reconoció que es un escándalo. En su opinión, debe ser a todos los niveles, según el grado de especialización, frente a la secularización que avanza en la sociedad negando a Dios o rebajando su importancia: “Juntos debemos incursionar en el secularismo con un ecumenismo práctico, es un reclamo para cualquier creyente que pone por delante lo que nos une a lo que nos pueda separar, y junto a él, posibilitar también el ecumenismo de la oración”, concluyó. 

 

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