Las universidades son para el verano

A diferencia del colegio, donde en verano entran los cuadernillos Rubio a no dejar que el niño se duerma en los laureles (y está bien porque por definición el colegio no es para el verano), la universidad adquiere otro carácter. En ella podemos experimentar con mucha fuerza los tiempos nobles del año, aquellos en los que podemos hacer “lo que queramos”, y lo que queremos es bueno. En estos tiempos el corazón se va donde se iría si lo dejamos suelto, sucede el verdadero afecto, ¿dónde entregamos la vida? Y en la universidad suceden muchas cosas en el verano, entre otras seguir con la búsqueda, la lectura y el conocimiento despiertos, y, como sobreabundancia suceden los cursos de verano. No son un entremés para que el descanso se haga corto, sino la máxima expresión de lo que significa ser universitario, tanto para el profesor como para el alumno.

Hemos podido comprobarlo hace unos días. Varios departamentos de la universidad hemos organizado juntos el curso “Amor, Belleza y Sentido ¿hay algo más urgente?” poniendo en práctica la necesidad de la interdisciplinariedad y el ayuntamiento de profesores para que el camino formativo sea más completo y sus frutos más ricos; pero además porque la universidad es relación y encuentro, es una amistad entre los que estudian, conocen y comunican.

Esto nos ha llevado a ser testigos de algo excepcional: la gratuidad, la “inutilidad” de lo dado y recibido. Varios profesores, no exentos ninguno de ellos de sus cargas gestoras y sus mil reuniones y bandejas de entrada repletitas, han mostrado a los alumnos que lo más urgente es la poesía, recitando desde Lope a Bukowski. Mientras escuchábamos, el sentido, el amor y la belleza se iban enlazando y mostrando en acto que son una misma cosa y que es urgente comprenderlo. La materia estaba siendo dada, de otra forma, porque es verano. Y los alumnos eran más universitarios que nunca. Después vieron cine y sus profesores les explicaron que fondo y forma a veces, y este es el milagro, puede ser lo mismo. Y pasearon el Prado, y la arquitectura de la nueva capilla… y hablaron de amor …y de cómo toda idea valiosa se convierte en obra…y ¿vosotros? ¿qué obra queréis ser?

Y de esta manera, con otros muchos cursos, viajes o misiones que se han realizado y que están realizándose, la Universidad hace su trabajo, cumple su misión: poner en pie la inteligencia, la libertad, la voluntad, el afecto de los alumnos y hacerlo mientras el profesor también hace lo propio, gratuitamente…porque la universidad se verifica en verano.