¿Qué sacas tú de tus silencios?
“Biografía del silencio” de Pablo D’Ors fue el libro de cabecera de Carlos Clemente durante 20 meses en la celda 205 de Soto del Real. Le valió para valorar el silencio y hacerse las preguntas que realmente condenan o, al revés, ayudan a vivir en libertad, aunque se esté entre rejas. Durante el Minicurso Neweman, celebrado el 13 de marzo de 2024, nos lanzó la misma pregunta: ¿Qué sacáis vosotros de vuestros silencios?
La lectura de D’Ors supuso un antes y después en su vida dentro de la cárcel, aunque se considera un «mal alumno» del método que propone enfocado a la meditación.
Destacó algunas ideas:
- La quietud es el camino más directo hacia el interior, requiere temple de soldado.
- Creemos que cuantas más aventuras más sabios seremos, pero es lo contrario, huimos de nosotros porque estar en contacto con nuestro interior nos aterroriza, tenemos miedo a perdernos algo.
- El principal fruto de la meditación es que nos hace magnánimos.
- La aceptación es clave para ser feliz, no hay que empeñarse en controlarlo todo.
- La felicidad está en la percepción y cuanto más se medita más fina es la sensibilidad.
- Es una decisión personal, somos responsables de estar bien o mal.
- La decepción surge de que lo que sucede no se ajusta a una idea, el problema está en la idea.
"Nunca pensé que podría compartir un partido de tenis con uno de una banda terrorista, pero él tampoco podía pensar que lo compartiría con uno del Partido Popular"
Convivir con todo tipo de personas dentro de la cárcel fue para Carlos Clemente un gran aprendizaje: Dentro de la cárcel eran otras personas, porque cuando entras en la cárcel la vida cambia para siempre. Piensa que para la reinserción auténtica solo hace falta tocar fondo, ser consciente de no tener nada y querer salir de la vida que se llevaba antes. Sigue creyendo en el perdón.
«La libertad no es no estar entre barrotes, a veces podemos ser rehenes de nuestra propia mente, de ideas, pensamientos o entornos«. La libertad estaba en sus ratos de soledad, de lectura, de escribir a mano, de recibir las 15 llamadas en 7 días, de correr 165 vueltas en lo que fue su primer maratón, de pasear en el patio con amor. La fe le permite ser optimista, sentirse acompañado y arropado, ser feliz. Y sus hijos de 16 y 18 años le hacen querer superarse para saber cómo ayudarles a ser mejores personas.
