"Ante nuestra tormenta existencial podemos tambalearnos si no tenemos una razón razonable"
Con la pregunta «si existes, ¿me afectas en algo?» comenzó la provocación del Café Newman este 15 de noviembre. El profesor de Humanidades UFV, José María Alejos, reconoció que solo las realidades que tienen que ver con nosotros o tocan nuestro afecto tienen la posibilidad de afectarnos en algo y de ahí la pertinencia de plantearnos esta cuestión en un ámbito universitario.
A Dios se le reclaman muchas cosas: ¿Tiene algo que ver con nosotros, con que existamos? ¿Cómo lo verificamos en la vida? ¿Está en las personas? ¿Por qué decimos que Dios es bueno y perfecto? ¿Nos ayuda a tomar decisiones correctas? ¿Por qué tenemos conciencia del bien y del mal? ¿Hay que fiarse? ¿Hace falta un propósito en la vida? ¿Dios puede ser solo un punto de apoyo? Como en la serie de HBO Euphoria, que trata sobre la vida de un grupo de adolescentes, podemos sentirnos identificados en el rechazo de una respuesta fácil como piensa la protagonista: ¿Aceptar que hay un poder superior para acallar el dolor?
Muchos filósofos a lo largo de la historia han verificado el ser necesario, el motor inmóvil, lo no contingente, incluso en algunas preguntas últimas de la ciencia se ha apuntado la necesidad de un ser primero. Culturalmente también hay muchos artistas que aluden a Dios en sus canciones, como el popular Íñigo Quintero: «pero no sirve de mucho ante la duda, es un añadido». En el ser humano hay un misterio y la dificultad parte de la propia palabra «Dios» a la que atribuimos una etiqueta que puede no corresponderse. Ideas y experiencias deben ir de la mano en este camino de búsqueda universitaria.