Llega la Navidad, y con ella, una profunda paradoja: nos encontramos inmersos en el frenesí de la cuenta atrás, mientras la lógica del Adviento nos invita, esencialmente, a esperar un acontecimiento.
Nuestra generación, acostumbrada a la inmediatez (paquetes en dos horas, respuestas rápidas, vídeos fugaces), vive diciembre a «marchas forzadas» y corremos el riesgo de vaciar este tiempo de espera y llegar al día de Navidad sobreviviendo.
Desde el Instituto Newman, queremos estrujar el verdadero sentido de este tiempo. La espera, vivida con conciencia, se convierte en una oportunidad privilegiada para ver dónde está puesto nuestro corazón y qué deseamos. Al reconocer nuestro deseo profundo y examinarlo sin prisas, logramos desprendernos de lo accesorio y nos quedamos con la esencia de lo que buscamos. La espera se convierte así en una oportunidad para mirar hacia dentro y reconocer qué mueve nuestro corazón para examinarlo y quedarnos con lo bueno.
Las recomendaciones que verás a continuación ponen el acento en algún aspecto de la espera que puede llevarte a pensar y ensanchar el corazón antes de la Navidad. ¡Que las disfrutes!











