Vuelve a ver la segunda sesión del Ciclo ‘Inteligencia Artificial: ¿Qué queda de lo humano?’ con Enrique Ávila

El martes 6 de mayo celebramos en la Universidad Francisco de Vitoria la segunda sesión del Ciclo Horizontes de Razón Abierta en colaboración con la Escuela Politécnica Superior. Bajo el título «Inteligencia Artificial: ¿Qué queda de lo humano?», exploramos las profundas implicaciones de inteligenica artificial nuestra sociedad y en la propia concepción del ser humano. La mesa redonda contó con la participación de Enrique Ávila, Director de Análisis y Prospectiva de la Guardia Civil, y los profesores de humanidades de la Universidad, Rafael Monterde y Paolo Pellecchia. 

En el coloquio los ponentes intentaron ampliar la comprensión de la Inteligencia Artificial, destacando que no se limita únicamente a los modelos generativos que han ganado popularidad recientemente, sino que abarca un espectro mucho más amplio de tecnologías con aplicaciones en campos tan diversos como la farmacología.

También se adentraron en el impacto transformador de la IA, reflexionando sobre cómo está redefiniendo lo que significa ser humano y suscitando cruciales interrogantes éticos acerca del rol de las máquinas en nuestras vidas.

Dibujaron un panorama donde la IA podría conducir tanto a futuros utópicos como a escenarios distópicos, una dualidad que subraya la importancia de una reflexión profunda. 

La conversación también abordó nuestra cada vez mayor dependencia de la tecnología y las vulnerabilidades que esto conlleva. El hecho de que estemos desarrollando tecnologías cuya complejidad supera nuestra plena comprensión, es llamativo, no obstante, establecían un paralelismo con los misterios que aún entraña la mecánica cuántica. Esta idea llevó a considerar el futuro de la propia humanidad, incluyendo la potencial integración entre seres humanos e inteligencia artificial y cómo la IA podría llegar a remodelar nuestros conceptos de ética e incluso de conciencia. 

Ante este panorama de transformaciones y desafíos, los participantes enfatizaron la imperiosa necesidad de desarrollar nuevos marcos filosóficos y epistemológicos.

Finalmente, en un mundo progresivamente tecnológico, la mesa redonda concluyó resaltando el valor insustituible de la conexión humana y el diálogo como elementos fundamentales que la tecnología no podrá sustituir. 

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