Una visión del transespecismo a la luz de Enoch, personaje de la novela Wise Blood DE Flannery O´Connor

Susana Miró

Profesora de Humanidades de la UFV

Algunos estudios científicos concluyen con la afirmación de que las nuevas investigaciones en el campo de las biotecnologías van a permitir no solo mejorar la especie humana sino superar sus límites naturales. Con ello se dará lugar a un nuevo eslabón en la cadena evolutiva: los posthumanos.

Los avances biotecnológicos permiten  perfeccionar y mejorar la especie humana más allá de lo que hace unas décadas se hubiera podido imaginar. Pero, la empresa no resulta baladí, plantea una gran reto no ya tecnológico sino moral.

Como a lo largo de los siglos ha ocurrido, el desarrollo tecnológico no siempre viene acompañado de la oportuna reflexión filosófica en todos los órdenes. Si se apuesta por una investigación sin límites de ningún tipo que, a priori, parece ofrecer soluciones atractivas, podemos correr el riesgo de dejarnos conquistar por las promesas tecnológicas y olvidarnos de acompañar estas propuestas con un serio estudio  epistemológico, antropológico y ético. Es más, si evadimos la pregunta por el sentido auténtico de la investigación, los resultados alcanzados pueden convertirse en todo lo contrario a lo que se pretendía.

Cuando se investiga solo teniendo en cuenta una vertiente sin considerar lo compleja que es la naturaleza humana y la sociedad, nos enfrentamos a un doble peligro: por un lado, el reduccionismo de la investigación y del objeto investigado; y, por otro, la entronización de las biotecnologías que se convertirían en bioideologías.

Cada época se enfrenta a nuevos retos, a nuevas necesidades, la investigación en todos los campos debe dar respuestas totalizantes. Las nuevas propuestas de la nanociencia, la biotecnología, la infotecnología y la cognotecnología (NBIC) buscan erradicar enfermedades, ofrecer mayor esperanza de vida, etc. La pregunta es a costa de qué, un avance desmedido que peque de soberbia intelectual puede provocar consecuencias devastadoras para toda nuestra sociedad y para la forma vida que conocemos. Las propuestas que el transhumanismo y posthumanismo ofrecen al ser humano no están exentas de ciertos riesgos que deben ser considerados con rigor y profundidad.

El caos en que puede verse sumidad nuestra especie y, con ello, el resto del planea puede tener unas consecuencias devastadoras. Si el ser humano entroniza la libertad y la coloca en la cúspide de su escala de valores, saltándose los límites de su propia naturaleza y de la vida misma cometeremos un grave error. Error que por otro lado no tiene nada de novedoso. En palabras de Ángel Barahona: “Cada intento de la Humanidad por construir un edén artificial nos conduce al desastre”(2021).

En este estudio, queremos profundizar en un fenómeno que cada vez cuenta con más seguidores: el transespecismo. Personas que dicen encontrarse presas bajo un cuerpo de ser humano cuando su verdadera naturaleza responde a otra especie (animal, mitológica, etc.).

Plantearemos un primer análisis descriptivo del transespecismo, su nacimiento y evolución. Señalaremos las principales modificaciones y avances que se están realizando en la materia. Una vez recorrido el origen y evolución del transespecismo, surge la necesidad de entender el sentido de los transespecies y aproximarnos a ver qué es lo que buscan.

Las hipótesis que aquí se abren son numerosas, por eso en nuestro estudio vamos a referirnos al personaje de ficción Enoch, creado por la literata sureña Flannery O’Connor para su obra Wise Blood en 1952. El anhelo Enoch y su búsqueda a lo largo de los capítulos nos sirven de parámetro comparativo a la hora de analizar uno de los posibles sentidos del fenómeno transespecie. Con este estudio no pretendemos realizar un exhaustivo análisis de los avances biotecnológicos que permiten modificaciones en el cuerpo humano, queremos analizar una posible explicación del transespecismo desde el planteamiento que O’Connor propone al crear a Enoch y narrarnos su metamorfosis.

El análisis no agota las posibilidades de estudiar el transespecismo desde otra perspectiva, pero entendemos que el planteamiento de O’Connor en su novela puede arrojar luz a un fenómeno tan complejo como el que nos ocupa.

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