El Faro Newman

Los cedros del Líbano ya no crecen, Bildu toma la palabra, Biden está mayor, la sombra de López Obrador es alargada, el Madrid pierde un partido, ¿las hipotecas bajan?, el cambio climático mata los castaños de indias, nuestros alumnos dicen Bro, lit, renta mazo, PEC…

Si la realidad es sólo esto, que lo es también, estamos perdidos. Porque nos vemos en la obligación de ser expertos en Hezbolá, en la Ley de la seguridad ciudadana, en intereses fijos y variables, debemos ser técnicos y expertos en psicología infantil y en resolución de conflictos en las aulas, estar al día en la jerga…

Y sentimos que nuestra cabeza y tiempo van detrás de una imposibilidad: subirse al ritmo de una realidad que cada vez centrifuga con más velocidad y expulsa con fuerza lo que tiene dentro, convirtiendo todo en efímero, en humo. Y el corazón exhausto jadea. Ya ni siquiera grita “yo solo quiero saber para qué me levanto cada día”. Porque cada día tenemos también dentro nuestras batallas, nuestros cedros, nuestros pagos y nuestras palabras con los que amamos. Y deseamos que lo de dentro y lo de fuera sean uno.

¿Y si pudiéramos preguntarnos por todo con la misma pertinencia? Con una sabiduría que diera respuestas verdaderas a lo de dentro y a lo de fuera, sin exigirnos tener nosotros todas las soluciones. Necesitamos entender el mundo, pero sobre todo necesitamos comprender nuestro camino.  Y somos mendigos en esto, todos, pero el Sentido ha venido en nuestra busca. La prueba está que cada día, como dice Montiel, abrimos nuestros ojos como los comerciantes abren la persiana de su negocio, esperando que algo bueno suceda.

La universidad es el lugar donde lo de dentro y lo de fuera tienen categoría científica; donde se buscan respuestas que integren lo que leemos y lo que vivimos. Es el faro que indica donde está la tierra firme y que ilumina el mar inmenso. No tenemos todas las respuestas, pero estudiamos y nos acompañamos para juntos entender el mundo, comprender nuestro corazón y ver que tiene todo eso en común con el sentido de la vida y la existencia de un Dios bueno.

Bienvenidos al Faro Newman de nuevo.

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