Susana Miró, profesora de Humanidades de la Universidad Francisco de Vitoria, introduce el Aula Newman explicando cómo están conectadas las cinco preguntas fundamentales: el amor, la libertad, el sufrimiento, la muerte y la cuestión de Dios.
A continuación, accederás a referencias que han expresado la pregunta por el amor en la música. También podrás echar un vistazo a algunas películas para comprobar cómo se ha tratado en el cine a lo largo de las distintas épocas. Y al final del Aula podrás consultar varias fuentes de filosofía que tienen que ver con los significados e interpretaciones que distintos autores han dado al amor. También encontrarás una selección los Cafés Newman de los últimos años que buscan plantear la pregunta en el ámbito universitario, confrontándola con la experiencia de los alumnos.
¿El amor es posible en el silencio? En este video de presentación, el profesor de la Facultad de Comunicación, Guillermo Vila, nos sitúa ante la inevitable pregunta sobre si el amor va más allá del sentimiento para convertirse en un acto de la voluntad. Así, va guiando al universitario, sirviéndose de varios temas musicales, para transitar por la senda del deseo, el dolor y la verdad, mientras va forjando las principales relaciones amorosas de su vida.
Puedes escuchar más abajo las canciones que plantean las preguntas sobre la experiencia del amor en la vida del ser humano.
Juntos sumamos, separados la mitad. Plagas de Egipto contra la humanidad. Quieres pelea, ¿tú y cuántos más? ¿Qué vamos a enfrentar antes de desayunar?
No me olvides, te lo suplico, recuerdo que dijiste: «A veces permanece el amor, pero otras en cambio duele».
Solamente oír tu voz, ver tu foto en blanco y negro, recorrer esa ciudad, yo ya me muero de amor.
Estoy contigo, cuando la esperanza se ha ido todo lo que quieres es la verdad. Estoy contigo, continúa cuando dicen que no sirve de nada.
No sé cómo pasó que en dos meses de la nada nos quisimos tanto que dijimos y juramos nunca hacernos daño. Creo que haberte conocido es lo mejor que me ha pasado (tan bueno), pero si era tan bueno ¿por qué no duró? Y si era tan perfecto ¿por qué se acabó?
He soñado tantas veces cómo sería mi vida contigo. Y es que yo me siento como iluminado, enamorado. Tú me quieres, yo te quiero, entonces por qué no estar juntos. Caminemos de la mano, conquistaremos el mundo. Tú y yo, el mundo, el mundo para los dos. Dime cómo te sientes. He bailado bajo la lluvia, he sentido la luz del sol. He tenido la sensación de que me quieres. Si invertí eso me ha hecho grande. Si donde ahora sé quién soy. Yo le entrego mi corazón si aún lo quiere.
Porque tú eras la estrella, yo solo una fan, porque tú eras mi todo, yo solo una más, porque tú ibas corriendo y yo me quedé atrás, porque yo era una opción y tú mi prioridad.
Siempre en algún lugar te extraño, donde he estado volveré a amarte de nuevo, siempre en algún lugar te extraño, donde he estado volveré a amarte de nuevo, otra mañana, otro lugar…
Déjame ser tu refugio, déjame que yo te ayudo, aguantémonos la vida, te recuerdo si lo olvidas que hemos crecido peleando y sin quererlo nos gustamos. ¡Cuántas cosas han pasado! Y ya no hay miedo de decir te amo. Te amo.
Cantar al amor ya no bastará, es poco para mí si quiero decirte que nunca habrá cosa más bella que tú, cosa más linda que tú, única como eres, inmensa cuando quieres, gracias por existir.
No se puede vivir del amor, no se puede vivir del amor, le dijo un soldado romano a Dios. No se puede vivir del amor, no se puede comer al amor, las deudas no se pueden pagar con amor, una casa no se puede comprar con amor. Nunca es tarde para pedir perdón.
Ay amor que despierta las piedras, ay de aquel que no te sienta alrededor, ay amor que nos abres las puertas, ay amor tan necesario como el sol. Cuando llamas estoy a la hora que tu digas voy. Tantas veces nos quitas la pena como tantas es amargo tu sabor, ay amor del jardín hierbabuena como espina puede ser el desamor.
Amarte es fácil porque eres hermoso. Y hacer el amor contigo es todo lo que quiero hacer. Amarte es más que un sueño hecho realidad. Y todo lo que hago es por amarte.
Y estoy buscando un corazón, buscando en todos lados. Dicen que el amor lo conquista todo. No puedes iniciarlo como un auto, no puedes detenerlo con un arma. Partiendo en la tarde, viajando de noche, manteniéndome discreto, manteniéndome fuera de la vista.
No te conozco lo suficiente, pero ahora estoy viendo por qué siempre estás en mi mente. Tú eres la que me hizo darme cuenta. He estado incompleto. Falta una parte de mí cegado por el miedo a algo nuevo, pero ahora veo. Eras todo lo que falta y tú estás aquí conmigo. Ya no estoy incompleto.
He muerto y he resucitado, con mis cenizas un árbol he plantado, su fruto ha dado y desde hoy algo ha empezado. He roto todos mis poemas, los de tristezas y de penas, lo he pensado y hoy sin dudar, vuelvo a tu lado. Ayúdame y te habré ayudado, que hoy he soñado en otra vida, en otro mundo, pero a tu lado.
Si me faltaras no voy a morirme, si he de morir quiero que sea contigo. Mi soledad se siente acompañada, por eso a veces sé que necesito tu mano, tu mano (eternamente tu mano). Cuando te vi sabía que era cierto este temor de hallarme descubierto. Tú me desnudas con siete razones, me abres el pecho siempre que me colmas de amores, de amores, eternamente de amores.
Ama a tu esposo y ama a tu esposa. ¿No es suficiente este mundo? El gas que te permite vivir tu vida. ¿No es suficiente este mundo? Todos los que viven en esplendor y bajo el sol. ¿No es suficiente este mundo? Aquellos que buscan calma yendo bajo el cuchillo. ¿No es suficiente este mundo?
Quisiera conocer el olor de tu país, caminar por el jardín de tu casa, respirar en el aire sal y barbechos, los aromas de tu salvia y del romero. Quisiera que todos los ancianos me saludaran, que hablásemos del tiempo y de días pasados. Quisiera que todos tus amigos me hablaran como si fuéramos amigos de toda la vida. Quisiera encontrar las piedras, los caminos, las salidas y los penachos de paredes pegados a los muros. La tira del caracol en su concha capta todas las miradas detrás de la oscuridad.
Ahora recuerdo la primera vez que te reíste y las ganas que me dieron de que se me ocurra un chiste. ¿Cómo van a convencerme de que la magia no existe?
¿Cómo puedes extrañar a alguien que nunca has conocido? Porque te necesito ahora, pero aún no te conozco. ¿Pero puedes encontrarme pronto porque estoy en mi cabeza? Sí, te necesito ahora, pero aún no te conozco porque últimamente ha sido difícil. Me venden por partes y no quiero ser un arte moderno, pero solo tengo medio corazón para darte. ¿Como puedes extrañar a alguien que nunca has visto? Oh, dime ¿tus ojos son marrones, azules o verdes? ¿Y te gusta con azúcar y crema? ¿O lo tomas en serio, oh, como yo?
El día en que escuchemos por vez primera nuestras voces se encenderán todas las luces, sonarán todas las canciones. El día en que sepamos que seremos inseparables tú lo adivinarás riendo, yo lo sabré al instante.
Quiero que me mires a los ojos para decirme que me quieres, que estés a mi lado. Te quiero al final de mi vida. Quiero ver tu cara cuando caiga con gracia en el momento de morir. ¿Está bien?
Quiero que nos volvamos a ver. Déjame ver cómo me ven tus ojos, ven, quiero decirte que si hablamos de mirar los ojos son de quien te los hace brillar.
Que no es tu signo positivo el que invierte en conflictivo las cosas del querer, que eres tú quien me revuelve, que eres tú quien me enamora, tú quien me convierte en la mejor persona. Y si tengo que gritarte lo que siento te digo que te quiero con tu suerte, con tu mierda, con pasado, con presente, con o sin enfermedad.
Te amo más que nunca, más que el tiempo y más que el amor. Te amo más que el dinero y más que las estrellas de arriba. Te amo más que locura, más que olas sobre el mar. Te quiero más que a la vida misma, significas mucho para mí.
El lunes me dejó roto, el martes estaba lleno de esperanza, el miércoles mis brazos vacíos estaban abiertos, el jueves esperando el amor, esperando el amor. Gracias a las estrellas que es viernes. El sábado estoy que ardo, como un fuego descontrolado. Supongo que el domingo no iré a la Iglesia, estaré esperando al amor, esperando a que el amor se pase por aquí.
Lo quiero todo, todo contigo, tus aciertos y tus fallos, vivir contigo sin ensayos. Lo quiero todo, todo contigo, apostarlo todo al color de tus ojos, al rojo de tus labios, tu sabor de cada día, el perfume de tu piel con la mía, los misterios y mapas de tu mirada perdida.
Contigo, recorrería el mundo entero contigo, me pasaría todo el tiempo mirando el firmamento y con tus dedos tapando el sol. Solo si es contigo me perdería en una isla contigo, caminaría de tu mano y ahora que te tengo al lado me siento mucho mejor.
Ya no temo a las mareas que vienen y van, ahora me tumbo en la arena a verlas pasar. Ya no temo a las mareas que vienen y van, ahora me tumbo en tus piernas a verlas bailar.
Tú que has sangrado tantos meses de tu vida, perdóname antes de empezar. Soy engreída y lo sabes bien. A ti que tienes siempre caldo en la nevera, tú que podrías acabar con tantas guerras, escúchame: Mamá, mamá, mamá. Paremos la ciudad sacando un pecho fuera al puro estilo Delacroix. Mamá, mamá, mamá.
Oh, y está rompiendo sobre mí (las olas) a mil millas en el fondo del mar, encontré el lugar para descansar mi cabeza. Nunca me dejes marchar, nunca me dejes marchar.
En la periferia brillante de una galaxia mediana, en medio de un mar oscuro donde flota nuestro mundo. Tú, que vienes a rondarme, como los nueve planetas, parece que cuando bailas llueven miles de cometas. Tú que vienes a rondarme, amárrate a mí. Tú que vienes a rondarme, arrímate aquí.
Yo solo pido pausa y tú me das ojos de huracán. Yo solo pido calma y tú haces espuma el agua del mar. Solo pido silencio y gritas que no digo la verdad. ¿Tú qué sabrás? Si despiertas lejos de esta casa. ¿Tú qué sabrás? Si no vives dentro de esta jaula. Yo solo quiero pausa, tú rebobinar. Yo solo busco un ritmo lento, tú velocidad. Yo solo pido una dulce mentira, tú toda la verdad.
Poco a poco voy secando mis ganas de llorar. La luz se convirtió en mi oscuridad. Un mar de dudas rompió mi dolor. Fue batiendo contra mi voz, abriendo las puertas de mi corazón. Benditas las heridas de este amor, heridas que nos sanarán jamás. Bendito mi tormento y tanto dolor porque de él aprendí, amor.
Sigo buscando una sonrisa de repente en un bar una calada de algo que me pueda colocar, una película que consiga hacerme llorar, ahá. Cambiar un «no me creo nada» por «te quiero, chaval», cualquier excusa, una chorrada es buena para brindar. Soltar en una carcajada todo el aire y después respirar.
Te quiero, pero te llevaste la flor y me dejaste el florero. Te quiero, me dejaste la ceniza y te llevaste el cenicero. Te quiero, pero te llevaste marzo y te rendiste en febrero. Primero te quiero igual.
¿Qué es el amor? Cariño, no me hagas daño, no me hagas más daño, cariño, no me hagas daño, no me hagas más daño. ¿Qué es el amor? Sí, sí (Ooh ooh). No sé por qué no estás ahí, te doy mi amor, pero no te importa. Entonces, ¿qué es lo correcto? ¿Y que está mal? Dame una señal.
¿Qué haría yo sin tu boca inteligente? Atrayéndome, pero tú te alejas de mí. Hiciste que mi cabeza de vueltas, no es broma. No puedo saber lo que piensas…
El amor también ha sido el tema favorito de la gran pantalla, pero no siempre se ha tratado con la misma profundidad. En los ejemplos de películas que figuran a continuación el guion se ha destacado en el Aula Newman por algún motivo que interpela la conciencia, por ejemplo, la concepción del amor como un acto de donación y entrega para hallar la felicidad.
El séptimo sello (1957), dirigida por Ingmar Bergman, es un clásico del cine en blanco y negro. Sitúa el amor, junto a otros temas fundamentales, como punta de lanza en la búsqueda de sentido. Al fin y al cabo, todos jugamos la misma partida de ajedrez.
En La Última Noche de Boris Grushenko (1975), dirigida y protagonizada por Woody Allen, hay una escena que parodia el azaroso sinsentido que implica explicar la imposibilidad de no sufrir al afrontar el amor.
Mejor… imposible (1977), dirigida por James L. Brooks, hace patente la dificultad de expresar y acoger el amor cuando el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) gana terreno a la salud mental. También evidencia cómo el amor puede ser aquello que nos haga querer ser mejores personas, buscar el bien y, en definitiva, abrazar la verdad de la vida.
Eduardo Manos Tijeras (1990), dirigida por Tim Burton, abre a la creatividad en una relación amorosa en la que se tienen «cuchillas en lugar de dedos». Nos habla del famoso dúo entre “la bella y la bestia” desde un punto más maduro y reflexivo, sobre cómo realmente el amor puede vencer por encima de cualquier circunstancia cuando es bueno y verdadero.
El príncipe de las mareas (1991), dirigida por Barbra Streisand, es todo un alegato sobre la aventura de partida y regreso que supone el hecho de amar. El amor reclama seguimiento, es una cuestión de relación.
En El Indomable Will Hunting (1997), dirigida por Gus Van Sant, se ha querido mostrar el lado experimental que supone afrontar el amor de manera no teórica.
Una mente maravillosa (2001), dirigida por Ron Howard, es la vida del Premio Nobel de Matemáticas, John Nash, que interpreta el actor Russell Crowe. En su famoso discurso ante la Academia plantea que la razón no puede encontrar un significado completo de la realidad hasta que no se abre al amor. Buscamos certezas matemáticas, pero hay cuestiones que obedecen a otro modo de verificación donde se juega lo importante, desde una certeza existencial.
La serie A dos metros bajo tierra (2001), creada por Alan Ball, cuenta la vida de una familia que tiene una empresa funeraria. Solo el amor incondicional espera al final de cualquier desequilibrio personal.
¡Olvídate de mí! (2004), dirigida por Michel Gondry, trata la importancia de los recuerdos en las relaciones afectivas. La memoria es uno de los procesos psicológicos más importantes a la hora de establecer vínculos con otras personas y anular el recuerdo no siempre implica solucionar los problemas.
Little Miss Sunshine (2006), dirigida por Jonathan Dayton y Valerie Faris, cuenta la historia de la peculiar familia Hoover. Son sus historias las que nos muestran el verdadero alcance de los límites, fracasos y frustraciones humanas, de lo necesario que es el amor sin censura y sin “peros”. Por muy difícil que pueda llegar a ser es posible construir en el seno de una familia ese camino de aceptación absoluta.
Juno (2007), dirigida por Jason Reitman, da nombre a una adolescente que se queda embarazada a los 16. En esta historia acompañamos a la joven en su experiencia personal, en las preguntas fundamentales que se formula y las respuestas que halla, aunque no sean completas. Sobre todo, vemos las personas que están en su vida y con su ayuda puede lograr entender mejor en qué consiste verdaderamente el significado de amar.
El hijo del otro (2012), dirigida por Lorraine Levy, revela cómo el amor al prójimo puede hacer superar los propios límites con otras personas o situaciones. Dos matrimonios, judío y palestino respectivamente, intercambian su destino en un hospital y tendrán que enfrentarse a lo que aman y lo que odian.
Cuestión de tiempo (2013), dirigida por Richard Curtis, es la historia de Tim, un joven con la habilidad de viajar al pasado siempre que lo desee, sin aparentes consecuencias negativas, capaz de confeccionar la vida a su gusto, corrigiendo los fallos e inconvenientes que surgen. Sin embargo, nos hace reflexionar sobre si realmente la vida y el amor pueden ser más perfectos en la medida en que sean más reales y verdaderos.
Paterson (2016), dirigida por Jim Jarmusch, es un homenaje a la generosidad de comulgar con otra vida en el quehacer rutinario de cada día, amando cada pequeño detalle sencillo y común. La poesía y el hombre se rescatan mutuamente.
El desinhibido anuncio de la bebida refrescante Sprite ha sabido sacarle partido a la fuerza del amor, aunque sea dentro de su parodia publicitaria con tono adolescente.
La, la, land (2016), dirigida por Damien Chazelle, es una película que habla de los deseos más humanos y más profundos. Los dos personajes tienen sueños por separado, ser una gran actriz y ser un director de un club de jazz, pero se dan cuenta de que el «nosotros» enfrenta al «yo» de cada uno: podemos cumplir nuestros sueños, pero el sueño del corazón no lo podemos cumplir nosotros.
Cinco Lobitos (2022), dirigida por Alauda Ruiz, es un elogio a la maternidad y paternidad sin matices. Dos personas que se quieren ven cómo su amor madura, a través del sufrimiento y la muerte, en la libre elección de permanecer juntos. En el amor a los hijos les aguarda el aprendizaje sobre el amor a los padres y como dijo un buen profesor, quien cree que el otro es la respuesta a su anhelo acabará por destruirlo y, en el camino, se destruirá a sí mismo.
En este apartado del Aula Newman podrás leer algunos textos sobre la concepción del amor que albergaban pensadores que han dejado huella en la historia de la filosofía como S. Agustín (354), Freud (1856), Ortega y Gasset (1883), Tolkien (1892), Lewis (1898), Sartre (1905) o el propio Ratzinger (1927).
Tasio Pérez es profesor del Grado en Psicología de la Universidad Francisco de Vitoria.
José Luis Parada es profesor de Humanidades de la Universidad Francisco de Vitoria.
Ruth De Jesús es psicóloga y profesora en el grado de Psicología de la Universidad Francisco de Vitoria.
Cristina Papadakis es enfermera y profesora en el grado de Enfermería de la Universidad Francisco de Vitoria.
Lupe de la Vallina es fotógrafa freelance en numerosas revistas actuales.
Para gozar del todo una película tengo que sentir que la estás viendo conmigo. (…) ¡Que bien lo pasábamos en nuestras sesiones infantiles para adultos! Cómo nos reíamos el uno del otro, cómo nos reíamos y temblábamos juntos! Ya no hay felicidad de esa a chorros, solo algunas gotas dispersas aquí y allá que lamo con desolada fruición. Sara, esta noche me pondré otra peli que pueda gustarte aunque ya hace siete años que no vemos cine juntos.
Fernando Savater. Afición. El País (19/03/2022)
¡Cuán solitaria se ha vuelto mi mente desde entonces en que tú la tomaste por morada!
Giacomo Leopardi. El pensamiento dominante
Si me faltaras, no voy a morirme; si he de morir, quiero que sea contigo.
Mi soledad se siente acompañada, por eso a veces sé que necesito tu mano, tu mano, eternamente, tu mano. Cuando te vi sabía que era cierto este temor de hallarme descubierto.
Tú me desnudas con siete razones, me abres el pecho siempre que me colmas de amores, de amores, eternamente, de amores.
Pablo Milanés. Yolanda
Cuando tú me elegiste
– el amor me eligió – salí del gran anónimo de todos, de la nada.
(…)
Y en mí alegría estaba triste, como lo están esos relojes chicos, sin brazo en que ceñirse y sin cuerda parados.
Pero al decirme: «tú»
– a mí, sí, a mí, entre todos -, más alto ya que estrellas o corales estuve.
Y mi gozo
se echó a rodar, prendido a tu ser, en tu pulso.
Posesión tú me dabas
de mí, al dármela tú.
Pedro Salinas. La voz de ti debida
Tuve un sueño de un tiempo ya pasado.
Cuando había esperanza y valía la pena vivir la vida.
Soñé que el amor no moriría nunca.
Él durmió un verano a mi lado,
llenó mis días de maravillas infinitas
tomó mi infancia en sus pasos.
Pero se había ido cuando llegó el otoño.
Y aún sueño que él volverá a mí, que viviremos los años juntos.
Pero hay sueños que no pueden ser y hay tormentas que no podemos aguantar.
Soñé que mi vida sería
tan diferente de este infierno que estoy viviendo.
Tan diferente ahora, de lo que parecía.
Ahora la vida ha matado el sueño que soñé.
Víctor Hugo. Los miserables