Yo meto la pata
Sí, y cuando lo hago, que es con frecuencia, no acostumbro a quedarme corto, no me detengo en los detalles. ¿Han escuchado alguna vez la historia de ese cabezahueca que felicitó por su estado de buena esperanza a una doncella que, en un verano relajado, solo había cogido algunos kilos