
Rocío Solís Cobo. Instituto John Henry Newman
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
Mario Benedetti
Todo va desperezándose. Las ventanas se abren, las cortinas ondean, entra el viento. Salimos de casa, de la mano de otros incluso. Nos vemos. Vuelve a formar parte de nosotros poner día para vernos. Nuestro cuerpo vuelve a tomar forma para ser presencia. Tomamos conciencia de nuevo, pero distinto, de estar en la calle, de ser plaza pública. Aunque lo hacemos como niños que entran en una casa llena de normas y muchos chismes de Lladró que parecen romperse con solo mirarlos.
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