1. La Sabiduría ha edificado una casa, ha labrado sus siete columnas, 2. ha hecho su matanza, ha mezclado su vino, ha aderezado también su mesa. 3.Ha mandado a sus criadas y anuncia en lo alto de las colinas de la ciudad: 4.«Si alguno es simple, véngase acá.» Y al falto de juicio le dice: 5.«Venid y comed de mi pan, bebed del vino que he mezclado; 6.dejaos de simplezas y viviréis, y dirigíos por los caminos de la inteligencia.»»
1. También la primera Alianza tenía sus ritos litúrgicos y su santuario terreno. 2.Porque se preparó la parte anterior de la Tienda, donde se hallaban el candelabro y la mesa con los panes de la presencia, que se llama Santo. 3.Detrás del segundo velo se hallaba la parte de la Tienda llamada Santo de los Santos, 4.que contenía el altar de oro para el incienso, el arca de la Alianza – completamente cubierta de oro – y en ella, la urna de oro con el maná, la vara de Aarón que retoño y las tablas de la Alianza. 5.Encima del arca, los querubines de gloria que cubrían con su sombra el propiciatorio. Mas no es éste el momento de hablar de todo ello en detalle. 6.Preparadas así estas cosas, los sacerdotes entran siempre en la primera parte de la Tienda para desempeñar las funciones del culto. 7.Pero en la segunda parte entra una vez al año, y solo, el Sumo Sacerdote, y no sin sangre que ofrecer por sí mismo y por los pecados del pueblo. 8.De esa manera daba a entender el Espíritu Santo que aún no estaba abierto el camino del santuario mientras subsistiera la primera Tienda. 9.Todo ello es una figura del tiempo presente, en cuanto que allí se ofrecen dones y sacrificios incapaces de perfeccionar en su conciencia al adorador, 10.y sólo son prescripciones carnales, que versan sobre comidas y bebidas y sobre abluciones de todo género, impuestas hasta el tiempo de la reforma. 11.Pero presentóse Cristo como Sumo Sacerdote de los bienes futuros, a través de una Tienda mayor y más perfecta, no fabricada por mano de hombre, es decir, no de este mundo. 12.Y penetró en el santuario una vez para siempre, no con sangre de machos cabríos ni de novillos, sino con su propia sangre, consiguiendo una redención eterna. …24.Pues no penetró Cristo en un santuario hecho por mano de hombre, en una reproducción del verdadero, sino en el mismo cielo, para presentarse ahora ante el acatamiento de Dios en favor nuestro, 25.y no para ofrecerse a sí mismo repetidas veces al modo como el Sumo Sacerdote entra cada año en el santuario con sangre ajena. 26.Para ello habría tenido que sufrir muchas veces desde la creación del mundo. Sino que se ha manifestado ahora una sola vez, en la plenitud de los tiempos, para la destrucción del pecado mediante su sacrificio. 27.Y del mismo modo que está establecido que los hombres mueran una sola vez, y luego el juicio, 28. así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud, se aparecerá por segunda vez sin relación ya con el pecado a los que le esperan para su salvación.»
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