
Sin máscaras
Hace unos días me sorprendí hojeando las fotos de una revista católica. Había varios reportajes sobre familias numerosas (maravillosas, por supuesto), vocaciones inmaculadas e imperativos categóricos. Todo estaba lleno de cristianos ideales perfectamente planchados: padres con sus seis hijos en un monovolumen de clase media, sonrisa amplia, hashtag #Bendecidos. Cerré