¿Y si controlar las emociones fuera la mejor manera de acabar loco?
Hay gente que se asusta de lo que sale de sí. Vive las emociones como unos duendecillos que toman posesión de uno y le llevan donde no quieren. Piensan «ufff, si me dejara llevar por las emociones…», ante ese susto y para no querer hacer daño proponen el control emocional.