Con las técnicas modernas de análisis de imágenes ha sido posible demostrar que las imágenes de Jesús, representadas en numerosas obras de arte, han estado inspiradas muy probablemente en una imagen muy precisa: la Sábana Santa de Turín.
La presencia en Constantinopla de la Síndone ha tenido una repercusión y fuerte influencia en la iconografía bizantina. Hay centenares de puntos de coincidencia entre la Síndone y antiguas representaciones de Cristo en esta tipología artística.
El Dr. Alan Whanger ha comprobado que, en los primeros siglos del cristianismo, el retrato oficial de Jesús se acomoda a un modelo único. Mediante superposiciones ha podido demostrar su absoluta congruencia con la imagen de la Síndone-Mandylion. Una imagen que, al estar en negativo, no terminaban de comprender y que interpretaban con rasgos terribles.
La curva de los cristos bizantinos y la cruz rusa pueden tener su origen en la Síndone. Como consecuencia de la rigidez cadavérica (rigor mortis) que se aprecia en la imagen del hombre de la Síndone la pierna izquierda aparece marcada más alta que la derecha. Esto originó la idea de que Cristo era cojo. Los bizantinos reflejaron esta supuesta anomalía en sus imágenes y llevaron a Rusia la cruz con un travesaño oblicuo para los pies. Es otro de los rastros dejados por la Síndone en su andadura por Oriente.
Se encuentran imágenes de Cristo muy parecidas a la de la Sábana Santa en monedas a partir del 692, durante el reinado del emperador bizantino Justiniano II. Una moneda bizantina acuñada por el emperador Miguel III (842-867) reproduce el rostro de Cristo con un mechón de cabello sobre la frente, muy posiblemente es una interpretación del coágulo de sangre visible sobre la frente del hombre de la Sábana.
Esta es una comparación de imágenes sobrepuestas de la moneda bizantina del emperador Miguel III (842-867) y el icono de Cristo Pantocrator:
• Siglo IV – Fresco Catacumbas de Comodilla Roma (Italia).
• Siglo VI – Mosaico Iglesia Nueva de San Apolinar Ravena (Italia).
• Siglo VI – Icono de Cristo Pantocrátor Monasterio de Santa Catalina Sinaí (Egipto).
• Siglo XI – Mosaico de Cristo Pantocrátor Daphne (Grecia).
• Siglo XI – Mosaico Staatliche Museum Berlín (Alemania).
• Siglo XI – Mosaico Iglesia de Santa Sofía Kiev (Ucrania).
• Siglo XII – Mosaico Basílica del Santo Sepulcro Jerusalén (Israel).
• Siglo XIII – Icono Rostov (Rusia).
• Siglo XIII – Icono Monasterio de Santa Catalina Sinaí (Egipto).
• Siglo XIV – Icono Monasterio de Chilandari Monte Athos (Grecia).
Ha habido muchos iconos y mosaicos creados a partir del rostro de la Sábana, de manera que se puede apreciar la semejanza en la comparación de los trazos somáticos.
Mons. Giulio Ricci, estudioso de la Síndone y fundador del Centro Romano de Sindonología, reconstruyó las heridas de hombre de la Síndone. Su Cristo sindónico sugiere el aspecto que tendría un Cristo que recogiera todos los detalles de la crucifixión del hombre de la Síndone.
Tras el estudio geométrico y lineal de las contusiones y marcas del rostro podemos deducir la presencia de sudor, lágrimas, sangre, saliva… Destaca una enorme contusión en la mejilla derecha (según los forenses, equivalente a la que produciría un golpe dado por un zurdo, con un bastón de unos 4 cm. de diámetro).
Puede deducirse de las marcas que este hombre ha sido flagelado por dos profesionales (sabían dónde y cómo pegar), que golpeaban todo el cuerpo sistemáticamente. Una flagelación al estilo romano en la que se han contado unos 120 azotes (los hebreos también azotaban, pero no daban más de 39 y con un instrumento distinto).
Los artistas lo representan con un aro de espinas, pero el concepto oriental de corona exige una especie de casco. Lo que nos indica el Lienzo de Turín es que se trataría de un montón desordenado de varas de espino.
Eran muchos los que deseaban tener copias de la Síndone pintadas (en España hay decenas). Sin embargo, los pintores difícilmente podían lucirse. ¿Quién podía entender que la imagen estaba en negativo? La diferencia entre el original de Turín y las pinturas que la imitan es abismal.
La escultura del forense Juan Manuel Miñarro es de una estatura correspondiente a los estudios antropométricos realizados sobre la Sabana Santa de Turín.
El paño de pureza se adapta a la anatomía de las caderas y consigue el drama realista a través de los recursos técnicos: la realización de una boca representada semicerrada; el ojo izquierdo semicerrado y el derecho totalmente ocluido por la inflamación y el edema palpebral; la frente, zona malar derecha, dorso de la nariz y el mentón presenta traumatismo y heridas en relieve.
Con los conocimientos actualizados que se derivan del estudio del Sudario de Oviedo y la Síndone de Turín, y gracias a ser miembro activo del EDICES, J.M. Miñarro pasa el modelo en formato STL 3D, más actual (2017), y la madera elegida para la talla es la cedrela brasileña.
La anatomía de la talla y el estilo está basada en los procedimientos de la imaginería española de los Siglos de Oro, pero con el rigor que ofrece el conocimiento científico de la Pasión que se dispone. Igualmente, la policromía es al óleo pulimentado con vejigas o cortes según los procedimientos clásicos, pero con minuciosos detalles historicistas y de tipo forense. Técnicamente, la imagen se ensambla en hueco para evitar un exceso de peso y para la mejor conservación futura. Se han realizado 4 versiones, la última para Estados Unidos, Colorado Spring, en 2022.
En el Museo de la Pasión de Cabra, en Córdoba, se conserva la versión realizada en 2017 como contenido principal de su sala forense, El hombre de la Sábana Santa. Visita virtual aquí.
© INSTITUTO JOHN HENRY NEWMAN - UNIVERSIDAD FRANCISCO DE VITORIA
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