INSTITUTO JOHN HENRY NEWMAN

Victoria Hdez. Ruiz, en el Minicurso Newman: “Si la vida tiene sentido es por la muerte”

Durante la jornada del Minicurso Newman sobre la cuestión de la muerte, la profesora del grado de Humanidades, Victoria Hernández Ruiz, se hizo eco de las preguntas suscitadas durante la celebración del Café Newman del día anterior, bajo el lema «Te hago spoiler: te vas a morir».  

El hecho de que la vida presente tenga fecha de caducidad no deja de ser un drama para el ser humano: “No soy teóloga ni filósofa, sino profesora de Literatura, pero la vida me ha hecho vivir de cerca la muerte con experiencias familiares muy dolorosas en momentos muy tempranos de mi vida”, confesó, y “esa puerta que se me abrió me trajo una esperanza que ha acabado siendo un gran don”.

En la universidad, donde se estudian todos los aspectos de la realidad, la muerte se engarza dentro de los temas imprescindibles de abordar. Sin embargo, cuando alguien se ha muerto puede haber cierta incomodidad a la hora de hablar con las personas que pierden a sus seres queridos sobre qué mensaje será más adecuado. De hecho, los tanatorios no existían hace 40 años, los difuntos se velaban en las casas. Cuando esto ocurría la familia era la encargada de “amortajar”, es decir, lavar, vestir y preparar el cadáver para que los amigos que fueran a visitarles en las próximas 24 horas “presentaran los respetos”. Además, en los tanatorios los ataúdes suelen estar cerrados y si están abiertos sigue costando acercarse al cristal, incluso la sensación de que el cuerpo está frío suele resultar impactante.

“Se da la espalda a la rigidez de la muerte, y no solo a la muerte, también a la enfermedad o al sufrimiento”

Desaparición del imaginario colectivo

Actualmente, las fechas hasta las que se retrasa la posibilidad de abortar se acercan a los días del parto y la ley orgánica 3/2021 del 24 de marzo, sobre la llamada “muerte digna”, pone los “pelos de punta” en su preámbulo, exclamó Victoria Hdez.

¿Por qué morimos? ¿Por qué sufrimos? ¿Por qué enfermamos? ¿Por qué perdemos a los seres queridos? Realmente, morimos porque vivimos y la belleza de la vida reside en que es efímera, añadió. Pero, sobre todo, si Dios existe, ¿qué tiene que decir? Es preciso tomar una actitud concreta ante ello.

En un primer recorrido académico, previno de instalarse en la negación, propia del joven invencible: hay profesores de aulas hospitalarias para enfermos de larga duración que presencian historias tan dolorosas que se ve claramente cómo la muerte pone al hombre en una encrucijada.

“Las encrucijadas son opciones de vida y negar la muerte es tozudez, en cada momento hay que hacer lo que toca”

Tampoco conviene instalarse en el miedo, porque paraliza y hace que el ser humano deje de vivir la vida como merece ser vivida. En el extremo contrario, se puede pensar que la vida posterior es tan maravillosa que se desprecia la presente, pero es preciso entender que el regalo eterno empieza aquí y ahora.

La literatura, espejo de la muerte

En la antigua Grecia ya surgió el género de la tragedia en el que los desenlaces eran fatales. Para los que vivían en esa época la muerte era un final abrupto e injusto. Aristóteles en el año 340 a.C escribió que la muerte servía para purificar las pasiones a través de las acciones nobles de sus protagonistas.

Después, en la Edad Media la muerte era lo que igualaba a todos los hombres. Se veía como algo irremediable: “Recuerda que vas a morir”, “el tiempo vuela”. Todo estaba en relación con el carpe diem que hace referencia a aprovechar el momento. Era una visión de que un día más es un día menos y a la vez se veía a la muerte como liberadora de ataduras.

 

Representación de las danzas de la muerte medievales

En la posmodernidad, la muerte normalmente se ve de espaldas. Lo invisible no resulta fiable y solo cuenta lo medible y lo que se puede pesar. Ante esta realidad, la coordinadora de Humanidades plantea tres hilos argumentales sobre la muerte: como un absurdo, como algo imposible sin la vida, y como experiencia límite.

1.ABSURDO

El escritor Javier Marías, hijo del filósofo Julián Marías, reflexionó mucho sobre la muerte:

Es inconcebible lo que tiene uno para sí y guarda en su casa. Con la muerte pasa a ser inútil y a carecer de historia. Desaparecen también los recuerdos, tejido discontinuo fabricado con paciencia. No querer ya querer, ni querer nada. Adiós risas, no os veré más.

En el ejemplo de la película Soul se ve claramente cómo a veces se vive sin sentido y es necesario replantearse las dedicaciones cotidianas a la luz del momento final.

2.NO ES SIN LA VIDA

El texto clave es de Jorge Manrique, poeta del siglo XV que murió muy joven al servicio de la Reina Isabel La Católica. En Coplas a la muerte de su padre escribe de manera optimista sobre otra vida mejor:

Recuerde el alma dormida cómo se pasa la vida y se viene la muerte tan callando. Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir. Este mundo es el camino para el otro que es morada sin pesar. Cuando morimos descansamos. Ved de cuán poco valor son las cosas tras que andamos y corremos. Esperad el galardón que en este mundo ganasteis con las manos, partid con buena esperanza.

Una vida con sentido, en relación con la muerte, se observa cuando el protagonista de Soul llega a casa tras el concierto soñado y ve un objeto del pasado. Entonces entiende que su vida tenía valor sin el éxito profesional y que otros momentos también eran maravillosos. Recuerda tiempos felices de la infancia, la compañía de sus padres, la ilusión de sus alumnos, el agua del mar…

“Los pequeños momentos no serían tan magníficos si no supiéramos que son únicos en el discurrir del tiempo”

En la película Coco, el niño Miguel aparece en el mundo de los muertos en el que conoce a alguien que no puede visitar a su familia porque nadie le recuerda. Esto tiene que ver con el concepto de la fama del que hablaba Manrique y con las pequeñas historias de los objetos de J. Marías. ¿Qué ocurre cuando nadie recuerda las historias vividas?  

3.LÍMITE

Considerar la muerte como límite -principio, fin o cambio- necesariamente recuerda al poeta Miguel Hernández cuando escribió una elegía a su amigo fallecido, Ramón Sijé:

Quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupa. Tanto dolor se agrupa en mi costado que por dolor me duele hasta el aliento. Hachazo homicida. No hay extensión más grande que mi herida. Lloro mi desventura y siento más tu muerte que mi vida. Temprano levantó la muerte el vuelo. No perdono a la tierra ni a la nada. Volverás al arrullo de los enamorados labradores. Tu corazón llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de almendro enamorado. Que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.

Si la vida tiene sentido es por la muerte, recalcó Victoria Hdez. Cuando el músico de Soul toma conciencia de que el gran concierto se repite igual cada día siente que su expectativa se frustra por volver a hacer otra vez lo mismo.

No seamos como el pez que busca el océano sin darse cuenta de que está en él, la vida son fragmentos pequeños, una clase más, un viaje más en metro

¿Y qué hay después?

Los momentos únicos y cotidianos que conforman la vida llevan a preguntarse si el alma es inmortal. Pascal fue un matemático francés del s. XVIII que murió muy joven y durante su vida se preguntó repetidamente por la existencia de Dios. Y escribió:

Hay que apostar. Veamos qué interesa menos. Hay dos cosas que perder: verdad y bien, y dos cosas que comprometer: conocimiento y felicidad. Si lo único que se me pide a cambio es creer voy a creer. Si no hay nada, nada perderé, pero ¿y si gano la apuesta? La ganancia es total. Optad por el hecho de que Dios exista sin vacilar.

A veces, un razonamiento tan sencillo puede dar la pista sobre cómo situarse frente a la cuestión de la muerte. Al final de Soul se agradece que el personaje haya sido inspirador y se le da otra oportunidad: ¿Cómo vas a pasar tu vida? Voy a vivir cada minuto.

Debate y coloquio

– Tengo miedo a la muerte, pero ¿es mejor ser consciente o vivir en la ignorancia? Pensar en ello todo el rato no sería vivir.

No se trata de pensar en eso todo el tiempo, sino de pensar en cómo es la propia vida. Los días no tienen que ser espectaculares porque cada uno consiste en hacer lo que toca. Lo cotidiano hace que la vida cobre sentido, si todo fuera luminoso nada lo sería. Los momentos gloriosos son así porque los cotidianos les dan ese valor, respondió.

– ¿Las siguientes generaciones cambiarán la percepción de la muerte?

No se sabe. En las ponencias que hubo en la UFV sobre el transhumanismo se habló de la forma en que la ciencia puede cambiar al hombre en un futuro, aumentando la esperanza de vida exponencialmente o abriendo la posibilidad de descargar los recuerdos en una nube. Parece ciencia ficción. Pero la literatura es reflejo de la vida y el autor de la literatura no deja de ser un hombre de su tiempo.

– Si nunca es un momento adecuado para morir, siempre es un momento adecuado para vivir…

Exacto. Lo importante es plantearse qué hacer con la vida que uno tiene y preguntarse qué pinta Dios en todo esto: “La muerte solo es el comienzo de algo Grande con G mayúscula”, concluyó.

Salir de la versión móvil