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Salvador Antuñano: “Si San Ireneo contradice nuestra época de oscuridad es que puede ser un instrumento de Cristo para salvar a la sociedad actual” 

El catedrático de la Universidad Francisco de Vitoria, Salvador Antuñano, ha inaugurado la Jornada sobre San Ireneo con la conferencia titulada “Aproximación a la vida y obra de San Ireneo de Lyon”. Tras la lectura de los cuatro versos iniciales de la primera carta de San Juan nos puso en consonancia con el misterio de la fe en un mundo de metaverso, relativismo, ideológico, posverdad y populismo, divisiones y guerras”. Por tanto, ¿qué utilidad puede tener mirar a un antiguo griego del siglo II, quizá demasiado alejado de nuestras categorías? S. Antuñano consideró que precisamente por eso es tan relevante rescatar la vida y obra de S. Ireneo, por ser una alternativa de fe para resolver los problemas de hoy, que no distan tanto de los de ayer. Además de ser un tema de actualidad pues ha sido recientemente nombrado Doctor de la Iglesia.    

¿Quién fue Ireneo?

San Ireneo nos dice que siendo niño escuchó a Policarpo, establecido por los Apóstoles en la Iglesia de Esmirna, por lo que fue consciente desde muy pronto de ser partícipe de la cadena de transmisión de la fe. Fue quien acogió a S. Ignacio de Antioquía en torno al año 107. Se estableció en Lyon por su afán misionero dada la gran cantidad de habitantes asiáticos y desde el año 189 fue nombrado obispo. Se estima que murió entre el 202 y 207. En todo momento actuó como embajador de la paz y la unidad de las diferentes iglesias acerca de las disputas teológicas de su tiempo.     

¿Cuáles fueron sus obras?

Escribió una serie de cartas y tratados sobre los niveles de la visión gnóstica, también sermones y la demostración de la enseñanza cristiana, un manual sobre apologética después de haber dado a luz Adversus haereses o “Contra las herejías”. Son cinco libros contra la falsa gnosis, herejía suma y síntesis de todas las herejías. En ellos hace un repaso de las teorías de muchos autores, aporta argumentos de razón para hacer ver la irracionalidad del gnosticismo valiéndose de los filósofos griegos, confronta la herejía con la doctrina de Cristo y los evangelios, y presenta la resurrección de la carne como gran refutación escatológica. Así contrapone el desprecio de la carne de los gnósticos con la verdad de la glorificación del cuerpo en la vida divina. 

¿Qué doctrina se le atribuye?

San Ireneo habla de las tres personas divinas y afirma la encarnación del Hijo de Dios para rescatar al hombre del pecado y llevarlo a su plenitud. Además, defiende que la Iglesia tiene sentido por ser donde está viva la tradición apostólica y lucha por su unidad.  

Su aportación responde a los problemas del contexto de su época. Frente a la imagen pagana, propone una visión cristiana antropológica como ser creado por amor y se preocupa de ayudar a Roma en la defensa de la fe. Pretende ser fiel al tesoro recibido en Cristo y transmitido por sus apóstoles.  

Doctor y Padre de la Iglesia

Que San Ireneo haya sido nombrado Doctor de la Iglesia a partir del pasado 21 de enero de 2022 significa que es un maestro que ha sabido esclarecer algunos aspectos relevantes del misterio cristiano y que ha marcado una influencia posterior en la profundización de la fe. 

Pero además, explica S. Antuñano, es Padre de la Iglesia. Como aquellos que dan la vida, los padres apostólicos van dando la vida a sus sucesores en la siguiente generación. Ireneo es de los primeros padres que nos han transmitido la vida de la Iglesia, destacando su trabajo por la unidad que nos lleva a amar y esperar lo mismo. En este sentido, lo fundamental no es la unidad de las prácticas, sino la unidad de la fe purificándola de adherencias para que permanezca fiel a su fuente. Consciente de su misión, supo que había recibido lo mismo que Juan vio con sus propios ojos. Por tanto, la traditio no es una doctrina, sino Cristo mismo presente en los ritos y la doctrina.  

Ya constataba Chesterton que cada época es salvada por los santos que más la contradicen. Entonces, “si San Ireneo contradice nuestra época de oscuridad es que puede ser un instrumento de Cristo para salvar a la sociedad actual”, concluyó S. Antuñano.  

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