Ayer, en un parque de Annecy en Francia un hombre acuchilló a varios niños, todos entre 22 y 36 meses de edad. Además, también hirió a varios adultos que se estaban interponiendo.
Aquí no voy a entrar en los porqués de esta tragedia y de cómo es posible llegar a situaciones tan dramáticas. Lo que quiero destacar es la actitud de un chico de 24 años, que, por la edad, hubiera podido ser perfectamente un estudiante nuestro.
Lo llaman el “héroe de las mochilas”. Su verdadero nombre es Henri. Este joven, sólo protegiéndose con sus dos mochilas persiguió al asesino fuera del parque para que se alejase de los niños. Se ha hecho viral un video donde se ve cómo le hace frente. Este chico, que se acaba de licenciar en filosofía, está recorriendo Francia como mochilero en un viaje de nueves meses para visitar todas las catedrales del país. Según él mismo, esta aventura tiene como propósito contestar a dos preguntas:
“¿Por qué nuestros ancestros se han entregado tanto para construir estas joyas sin utilidad aparente hoy en día? ¿Qué dice eso de Francia hoy y qué lecciones podemos sacar de ello?”
Responder a esas preguntas daría para otro artículo… Lo que sí pensé en medio del impacto que me causó la noticia es: “para eso también preparamos a nuestros chicos”. La filosofía, la historia, la arquitectura, las humanidades, en definitiva, sólo tienen sentido si se hacen vida. No es para que se queden en un mero barniz cultural, sino para empujarles a buscar el Sentido y a jugarse la vida; no siempre de forma tan extrema claro, pero de alguna manera también. En este sentido, es muy reveladora la respuesta de Henri cuando empezaron a felicitarle en las redes sociales. Dijo: “Rezad por los niños, yo estoy bien.”
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