Inazio, el cantante que llena salas de conciertos con su música indie folk, se encontró ayer con más de 200 estudiantes de la Universidad Francisco de Vitoria. Con la honestidad del corazón como hilo conductor, Inazio conversó con los alumnos sobre temas que tocan profundamente la vida de todos: el amor, las relaciones, la naturaleza, el trabajo, la literatura, la religión y, por supuesto, la música. Un diálogo abierto y sincero sobre lo humano y lo divino, que resonó con fuerza en el Aula Magna de la universidad.
"El arte que más cala es el verdadero, en donde no hay segundas. Estoy pasando por esto, pues te lo cuento. En un mundo y en un siglo en el que falta tanta sinceridad, cuando alguien hace ese acto de valentía, le toca a la gente".
El encuentro titulado «Música que se pregunta» hizo honor a su nombre, pues llenó de preguntas a todos los que asistimos, haciendo que se volviera a despertar el deseo del corazón por buscar respuestas sobre las cosas que más nos importan y ayudándonos a recordar que la vida es bella y digna de ser vivida apasionadamente.
El cantante contó que ya había encontrado su respuesta, pero invitó a los alumnos a hacer su propio camino, porque de nada sirven las recetas prefabricadas cuando se trata de cosas tan vitales. Está convencido que esta búsqueda un proceso íntimo y personal y que vale la pena apostar por ello. Insistió en que su música no está hecha para conseguir un mensaje concreto, para que suceda algo. Cada uno lo interpreta, «es un paisaje». Nos invitó a entrar y experimentar.
"Lo que quiero transmitir es que tengo cierta sensibilidad para la belleza. Cuando uno se siente amado, es inevitable hablar de eso. Mis canciones son lo que tengo en mi corazón. ¿Qué tengo en mi corazón? A mi novia, el campo, Navarra, mis amigos, Dios…
Este artista navarro de 25 años nos soprendió con su naturalidad, autenticidad y ganas de vivir la vida a fondo. Ante la pregunta sobre la clave del éxito de sus canciones, hizo referencia a la verdad que nace de un corazón honesto consigo mismo y con los demás.
Ese «rebosar del corazón» que todos experimentamos cuando amamos algo fue una constante en toda la conversación. Se trata, decía Inazio, de hablar de lo que amas porque te sale del corazón, porque no puedes hacer otra cosa. Para esto destacó la importancia de conocerse y ser honesto consigo mismo, pues, decía, en la medida en que seas honesto contigo mismo, serás honesto en el trabajo o en cualquier aspecto de la vida.
La sensibilidad por toda la realidad se ve plasmada en todas sus canciones pero nos compartió las que para él reflejan de un modo más explícito su búsqueda de sentido: Flores en la carretera, Rutas salvajes, Mi mejor versión y Atlántico. También recomendó leer Cartas al lago de Como, de Romano Guardini.
