Paulina Núñez
La música 8D no es del todo nueva, pero no está tampoco del todo difundida, es una manera de editar las pistas de audio para lograr algo más allá del sonido estéreo o del sound around 5.1… Dicen los que saben, como es el caso de Jaime Altozano, que es una brillante manera de “hackear” nuestra percepción para hacernos sentir que la música no solo va de izquierda a derecha, sino que se aleja, se acerca, me da vueltas, va por encima de mi cabeza. Una experiencia totalmente nueva que no se parece a nada que antes hayamos experimentado. *Inserte silencio aquí para que cada uno haga su propio “ah, claro, igual que ahora…”*
Hace poco más de ocho días que me topé con el vídeo que os dejaré al final del texto, donde me hice una idea un poco más clara de esta tendencia, y pensé que era curioso a la vez que muy representativo de nuestra época, que este efecto solo se pueda percibir usando cascos, es decir, en individualmente, pero que es tan atractivo que quise mostrárselo a varias personas. Me pasa a mí, sí pero, para que esa experiencia sea en verdad total para mi, quiero compartirla con otros. Hasta ahora he sorteado el charco de la palabra más sonada, leída y versionada hasta la saciedad y hasta la sociedad y suciedad.
Pero no puedo dejar de ver en mi y en otros esta experiencia 8D, que pasa por todos los sentidos, que me hace percibir lo de siempre (relaciones, tiempo, espacio, rutinas… ) como nunca antes. Vivo en red primero que nada conmigo misma, en dimensiones que no dejo de conocer (combinando ideas y sentimientos con más audacia que el catálogo de Desigual), con los demás que no son menos policromáticos, con los demás extendido, porque nuestro Delorean no va más allá de lo que nos puedan decir en China o en Corea del Sur, We are all in this together suena casi burlesco.
Y está bien que así sea, que nos pase a cada uno, pero ¡lo pasearemos en red! Y no me refiero solamente ni de manera principal al aluvión que percibimos quienes habitualmente nos movemos por el continente digital (yo he crecido en destinos turísticos, y la sensación es parecida “¿¡y toda esta gente!?, ya se irán acoplando, la mayoría luego se irán, pero alguno se quedará y pondrá su chiringuito”) Supongo que habrá subido como la espuma el consumo de datos, supongo que irá bajando. Pero lo que ha llegado para quedarse es la constatación de que estamos juntos en esto (aunque por ahora no sea demasiado juntos…metro… metro….sigo) porque así como la materia tiende a alejarse desde el Big Bang, el espíritu tiende a unirse, ¡ay, maravilloso reto de la persona humana, espíritu encarnado!